¿Alguna vez te ha pasado que has escuchado creencias negativas limitantes, pero has pensado que la cosa no iba contigo?
Las creencias limitantes son aquellas que operan silenciosamente pero que hacen en realidad mucho ruido en tu vida. En otras palabras, son creencias que existen porque te limitan en tu vida pero que no sabes que ni siquiera existen porque para ti son certezas, son creencias que has asumido y forman parte de tu identidad, de tu personalidad, de quién eres.
Si realmente queremos conseguir aquellas cosas que anhelamos en nuestra vida, pero que todavía no tenemos es justamente porque existen creencias negativas que están impidiendo tengamos aquellas cosas. Por lo tanto, hay un conflicto en la mente. Hay un límite que hace que las cosas no se den. Existe una gran barrera. Si existe ese conflicto es difícil que podamos lograr aquello que deseamos.
Te voy a poner un ejemplo, quiero ser escritor, o actor, o cantante, pero tengo la creencia de que los artistas no se pueden ganar la vida como artistas hoy en día, que los artistas están arruinados, o que no ganan dinero. Con esta creencia no te dan ganas de convertirte en escritor, actor o cantante, obviamente.
Otro ejemplo es que, puede que tengas la creencia de que las personas con esa gran capacidad creativa son personas más capaces que yo, o hasta incluso más inteligentes, por lo tanto, yo jamás podré tener esa capacidad imaginativa, yo nunca voy a tener grandes ideas. Con esta creencia, desde luego que no vas a ir detrás de ninguna cosa en la que tengas que utilizar tu capacidad creativa. Por lo tanto, de nuevo te encuentras ante una creencia negativa limitante.
O por ejemplo quiero cantar, pero, no tengo el aspecto de una estrella del rock o el pop, no estás contento con tu aspecto. Por un lado, desearías cantar, pero la creencia de que, por tu aspecto no te contratarán, hace que te limite y por lo tanto ni lo intentes.
En estos casos existe una forma de cambiar esas creencias limitantes por otras: los artistas son solventes, yo tengo iguales capacidades imaginativas y creativas y mi aspecto no determina mi profesión.
Pero, ¿qué ocurre cuando hay creencias que a simple vista no son tan fáciles de ubicar?
¿Cómo ubicamos estas creencias que nos están limitando? Quizás tengas una creencia muy arraigada pero no sepas que te está limitando. La clave está en hacerte estas dos preguntas:
1 ¿Qué ESTOY PROCRASTINANDO en mi vida?
Fíjate si estás POSTERGANDO algo durante mucho tiempo.
Que postergues algo, no significa que seas vago, que seas perezoso, o que no tengas disciplina o un sentido de sacrificio, no, significa que tienes una creencia limitante que te impide hacerlo, que te impide ponerte una fecha límite. Ponerte un objetivo en los próximos días o semanas.
Cuando postergas significa que hay una resistencia, hay un impedimento para que hagas aquello libremente, pues tu mente siempre va a justificarlo haciendo que estés cómodo en lo que ya conoces, en lo familiar.
Normalmente cuando postergas lo haces porque existe ESA RESISTENCIA, algo que, principalmente se activa cuando o bien sientes una gran desconfianza, una gran duda hacia ti mismo, no te creas lo suficientemente seguro de hacerlo, o te da simplemente un miedo atroz. Una vez ubicada esta resistencia, hazte la siguiente pregunta
2 ¿Por qué ESTOY PROCRASTINANDO esto en mi vida?
Esto te va a dar más información de nuevo. Y vas a poder ubicar tantas creencias limitantes tengas como cosas procrastinas. Así que la mejor arma contra la PROCRASTINACIÓN es dar el paso y hacerlo, no postergar, no pospongas, al principio cuesta, pero una vez consigues la disciplina, y entras en esa disciplina ya lo conviertes en un nuevo hábito. En definitiva, todas las creencias se convierten en hábitos. Intentemos que esos hábitos sean basados en creencias que nos empujen hacia la dirección de nuestros sueños.